A veces creo que la vida me quiere decir algo sacudiéndome las ganas... tal vez haya almas que deban de estar solas... es tan fácil que cualquiera llegue a terminar con la pureza, escasean las fuerzas y la paciencia... Todos los días lo intentamos, la misma rutina por lo menos al comenzar el día: al alba nos despertamos con una ración de fé y esperanza, creyendo en la fuerza de una sonrisa, personas con las cuales el destino hizo que se cruzaran nuestros caminos... quieres hallarle el sentido... en el fondo lo que siempre he buscado es alguien que tenga los mismos valores que yo... y se desea que valga la pena, las risas, las desveladas, escapadas, insomnios y sueños... a veces...te engañan, te mienten, te calan... y callan.. ¿Saben que la omisión también cuenta como mentira?
Hoy por primera vez me quiero ir... quiero abandonar las letras, no quiero que se sepa más de mi...
hoy, tuve miedo de que quien pensaba que estaba a mi lado, sea la única persona que se quiera ir... lo peor es que pudo ser por mi... en medio de tanto vocablo se termina desnudando el alma... tal vez no le gustó lo que halló... tal vez el miedo, mi pánico a ser feliz se impuso...
Tal vez me faltó ser mejor... todos los grandes escritores, aquellos que han plasmado los más grandes poemas de amor, tristemente nunca tuvieron la valentía de hacerlo realidad, mantuvieron en secreto aquél amor que los enardecía por dentro...y trascendieron...lo siento... no pude hacerlo así... no puedo guardar silencio si siento que he encontrado a alguien que me encanta, soy de las que cree en los amores valientes, aquellos que dan batalla, que luchan por lo que quieren... aquellos de los que ya no existen...
Requiero la entrega total, además de amar, el compartir, comprenderse, convivir... no se puede darlo todo, sin pensar en las consecuencias... Y no es sólo por lo que la sociedad dicte, a esa me la puedo meter por donde se pueda... Es algo más fuerte aún, es el abrazo del primer amor, sin referirme con ello al amor de juventud, a la perdida de la inocencia... me refiero al amor más puro, aquél que cuando se alcanza uno se siente en libertad, en plenitud, el júbilo de amarse a uno mismo, es ahí donde no se sucumbe simplemente al deseo, por más que en unos segundos sea lo más cercano a alcanzar el cielo... sin la intención correcta no es más que la mezcla de saliva y sexo, del roce frenético y ya está... NO ES ESO LO QUE BUSCO, NO ES LO QUE REQUIERO... me rehúso a pensar que con ello bastará... es el respeto por el ser del otro, por su humanidad... la infidelidad me asquea. desequilibra mi punto central, me carga de energía negativa, no acierto a pensar que alguien que realmente se ama, se preste a una simple bajeza carnal donde uno de ellos es un simple recipiente dispuesto a recibir lo que el otro no ocupa, vaciando lo que no deseamos más en nosotros, envueltos en sudor y semen se halla el pudor perdido y la frustración por no valorarse, por no soltar amarras, por no ser capaces de elegir el lugar que cada uno merece, NO DESEO SER EL CESTO de desechos de alguien más... en todo caso, prefiero el gusto de reconocerme, de amarme en soledad, envuelta en el éxtasis de mi tranquilidad y goce, sabiéndome respetada, altiva, con mi dignidad intacta, esperando a que llegue aquella persona por quien seré capaz de reorganizar mis prioridades para poder incluirlo en mi vida, alguien que se respete tanto como yo lo haría...
Y entonces... te topas con un personaje así... piensas que es el ser más hermoso de este mundo por dentro y por fuera, quieres tener pasos firmes... el piso se te mueve y quieres más, te obnibulas, el latido se acelera... la esperanza se enciende y te das permiso de soñar... hasta que vuelves a darte cuenta que es una falacia... topaste de nuevo con ese tipo de humanidad prostituida que sólo reacciona ante los placeres... y... bueno... hoy enmudezco... tal vez calle mis pensamientos para siempre... no quiero equivocarme... aún no sé si permanezca el blog... si desee que llegue a la vista de alguien más... tal vez amigos míos, lo único que necesito es tiempo para sanar.
Tomé aquél tronco y comencé a trepar,
