miércoles, 23 de marzo de 2016

Te escribo porque no se me da la gana que olvides



Sólo te escribo porque no se me da la gana que olvides... hasta que logre hacerlo, tú podrás, dijiste que era para siempre, que no había en el mundo alguien más especial que yo ¿No es cierto?
Debes aprender que no se juega con las palabras, las ilusiones...
Apaga las luces... tírate en aquél esquinero y mullido sofá... enciende las velas... evoca lo vivido...
no hablabas, gemías, no había reglas... el reloj hacía un paro y sólo éramos tú y yo... me soñabas.
Recuérdame en penumbras, sostén el aliento... siente cómo me devorabas, despertaste la pasión que hasta ese momento te había sido negada...
¿Fue sólo curiosidad por saber lo que otros tuvieron?
¿Arriesgaste el llevarme con tu familia por un simple deseo?

No lo creo... miserable cobarde, huiste como cría herida por miedo... estúpido miedo... escuchaste palabras de quienes temían perder a su mecenas...
Aún recuerdo:

Tus manos revoloteaban por todo mi ser, suplicante porque mis labios te vaciaran...
te liaste a mis piernas blancas, tus crespos y negros cabellos caían rozando...
te quiero en silencio, donde la piel despierte y me evoques delirante, destrozado...
todo lo contrario cuando galopábamos juntos,
te amaba bajo risas con las luces encendidas,
nadie antes se había desnudado ante ti sin apagar la luz...hasta que llegué yo, amando tu cuerpo sin hipocresías,
deseando que tu cabecita loca, me diera batalla, yo humedecida,..
exacerbando el deseo por pertenecerte
enloquecía ver tu piel fundida en la mía,
tus hoyuelos, el sudor perlando aquella habitación
tu nombre, junto con algo más se enterró en mí aquella noche
en la que no he podido olvidar, me dejaste el desamor,
destruiste mi fé en ti, mi mayor devoción, mi lujurioso amor...
nublaste mi objetividad, desordenaste mis sueños, mi cruel señor...
otro día que va con el deseo vacío por no volver a verte...

No importa el tiempo que pase mientras no olvides el suplicio,
en el que dejaste sometido a este loco corazón...
con todo y tus mentiras de una cosa estoy segura...
como te entregaste, como te estremecías,
por tus lágrimas...por las mías...
como temió tu familia que te fueras conmigo,
cuando sólo me conocieron un par de horas...
no pudiste haberlo fingido, nunca fuiste tan listo...
no quiero recuperarte, sólo sacar el veneno del corazón.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario