cuando se unen libremente dos necesidades dispuestas a saciarse, no hay margen de error.

Lo supo... ¡Que si lo sabría! Había tanta sed de amar en sus ojos, que de inmediato se identificaron... cuando se unen libremente dos necesidades dispuestas a saciarse, no hay margen de error...
Se tomaron despojándose de trivialidades, fuegos fatuos iluminando aquellas frías paredes blancas...el calor que desprenden...esa alegría efervescente que les permite ir más allá... eso que se tarda años incluso vidas para encontrar...es algo que se dio....
bebiendo de sus labios, sombras colocadas en diversas posiciones destacando a media luz...
Zurcidos invisibles atando aquellas manos con hilos del querer,
gotas perladas... peldaños para llegar al final...incluso si no se llegara hasta ahí...los jugueteos previos extasiados... los roces provocando el hormigueo que los lleva a estar fuera de si... ¡Lo sabían! Se habían encontrado al fin... tanto que, después de aquella explosión de sensaciones aún querrían volverse a amar.