jueves, 4 de junio de 2015

...aunque los hilos de plata tiñan tu cabeza...

Dejaste tu huella en mi... no es que fuera más fácil para ti cuando era pequeña, es sólo te brindaba abrazos por doquier, me encantaba charlar contigo, con ojos muy abiertos te miraba...eras mi héroe, te creía invencible, incansable... aquél viejo ajedrez aún nos aguarda...el dominó y hasta la maltratada baraja...huellas de tiempos extraordinariamente felices...mis juguetes los gasté...
poco a poco los cambios sucedieron, fui alejándome de ti,  volviéndome un poco grosera, altanera, quería vivir con libertad, ya no escuchaba tus consejos... pese a ello como en los primeros pasos, en mis primeras caídas estuviste ahí... al romperme el corazón...con peleas, disgustos, problemas... tan sólo te sentabas a mi lado...no era necesario articular palabras, sabía que seguías a mi lado...
Quisiera hacer las paces con el tiempo...quisiera que fueras imborrable, permanecer contigo por siempre, pero debo crecer y los años te alcanzan... tus sonrisas cada vez más escasas, tu cansancio más notable... aún así...sigues aquí, tratando de luchar para que siga adelante...te repetiría mil veces que te quiero sin embargo tontamente, me siento demasiado grande...
No digo nada... con hechos grito lo mucho que te quiero...al decidirme a trabajar contigo, es lo más difícil con ese carácter que tanto te distingue...sin embargo, adoro pasar todo ese tiempo a tu lado... te veo tan pensativo a veces... no te preocupes, hoy me has hecho fuerte, aunque los hilos de plata tiñan tu cabeza,,,y las piernas te flaqueen puedes apoyarte en mi, puedes estar seguro, que no hay hija más orgullosa de tener un padre como tú.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario